Amores prometidos, amores realizados
El poder de la seducción reside en la palabra. Pero que alguien se enamore obedece a un roce de piel con piel.
Prometer un futuro antes incierto se dice. Podría gritarse de forma histérica sin ser más o menos. Escenas deseadas, felicidad interpretada en imágenes vistas un millón de veces en una pantalla o en la calle, una alcoba en la que se escuchan risas entre sábanas revueltas. Todo eso se dice. Se escucha. Se imagina.
El tacto de una caricia convierte todo en realidad. Porque las palabras pueden ser engañosas, se pueden interpretar de esta forma o de aquella. Pero la mano que toca no puede fingir. La levedad de un gesto mal hecho delata. El verdadero no puede olvidarse nunca jamás.
octubre 26th, 2010 at 5:14 PM
La próxima vez que le estreches la mano a alguien, mírale bien a los ojos. El gesto de la mano puede mentir, pero los ojos no.
(Ya, ya sé, el texto trata sobre el amor, pero es que me gusta llevarte la contraria)
octubre 27th, 2010 at 8:24 AM
Qué bonito y qué verdad¡¡
noviembre 1st, 2010 at 12:34 AM
Precioso, me encanta. Cuando no se tiene,se inventa. Se piensa. Se sueña…