Obsesión
Podrías estar a un millón de kilómetros. Eso daría igual. Podría extender el brazo con el puño cerrado, dejarlo a la altura de tu rostro, extender el dedo y acusarte. Sólo tú eres la culpable de que, cada mañana, pueda colocarte el mechón del flequillo mientras duermes aunque nunca estás allí. Sólo tú has sido capaz de hacerme pensar que el mundo merece la pena mientras te postras ante un trono extraño. Eres culpable. De conseguir que un gesto acorte la distancia, que pueda llegar a imaginar mi felicidad.
Diez años después…
Podrías estar a un millón de kilómetros. Eso daría igual. Podría extender el brazo con el puño cerrado, dejarlo a la altura de tu rostro, extender el dedo y acusarte. Sólo tú eres la culpable de que, cada mañana, pueda colocarte el mechón del flequillo mientras duermes aunque nunca estás allí. Sólo tú has sido capaz de hacerme pensar que el mundo merece la pena mientras te postras ante un trono extraño. Eres culpable. De conseguir que un gesto acorte la distancia, que pueda llegar a imaginar mi felicidad.
diciembre 8th, 2010 at 5:20 PM
¿Obsesión? Si después de diez años sigues pensando lo mismo de una persona, entonces es que has encontrado la aguja en el pajar.
Hay poca gente capaz de hacer sentir así. Es una suerte encontrarla.
diciembre 9th, 2010 at 7:56 PM
Estoy de acuerdo con Edda, es una verdadera suerte encontrar y sentir éso frente al resto de los más o menos 6,000,000,000 de habitantes de este planeta.
Una aguja en el pajar.
diciembre 10th, 2010 at 8:15 PM
Y es que hay cosas que no cambian nunca… o casi nunca.
diciembre 21st, 2010 at 5:37 PM
La obsesión se mantiene perpetua y definitiva, sólo cambian los objetivos, cada diez o cuarenta años, eso da iguál.