Pérdida
La mujer se sienta frente al retrato. Escucha los sonidos que se mezclan caprichosos. La lavadora, música, un televisor lejano. Y la falta de ruido. Ese que debería hacer él al llegar a casa, la puerta cerrándose, un saludo. Algo. Se conformaría con cualquier cosa por pequeña que fuera.
El retrato es casi hiperrrealista. Sólo le falta un parpadeo. Tal vez que la brisa le descoloque el flequillo o le haga volver la cara.
Observa. Piensa en el día del parto. Apenas se acuerda, pero cambiaría una contracción eterna por tenerle al lado. Ese dolor no podría compararse al de ahora.
Anochece. Casi no se distinguen los contornos en el lienzo. Otra noche en vela, piensa.
febrero 24th, 2011 at 9:26 PM
Estamos preparadas para asumir el dolor del parto. Es la antesala de la felicidad. Pero no estamos preparadas para perder al que llegó con él. Cuando la naturaleza se salta las normas, el dolor se queda a nuestro lado para siempre.
febrero 25th, 2011 at 6:46 AM
Si… el dolor de esa perdida es durilla