Amancio Ortega, Juan Roig, Óscar Puente y los españoles ejemplares

No termino de entender por qué se compara la ayuda que presta el Estado a los ciudadanos (que pagan impuestos para que, entre otras cosas, eso pueda ocurrir llegado el momento) con la que puede llegar desde entidades privadas. Son cosas diferentes, procedimientos diferentes, fines diferentes.

La DANA que ha arrasado algunas localidades de Valencia, Albacete, Huelva y Málaga, ha dejado sin casa, sin coche, sin muebles y sin recursos en general a cientos de miles de personas.

Gracias al Estado se ha avanzado en la reconstrucción de las zonas afectadas. Por ejemplo, el Ejército de Tierra español ha logrado levantar un puente que permite el tránsito dentro de una misma localidad, las calles comienzan a parecer calles, las carreteras pueden transitarse... Eso sólo lo puede conseguir el Estado porque esos recursos que involucran a miles de efectivos, cientos de vehículos pesados y otros recursos casi ilimitados, no están al alcance de las entidades privadas. El poder del ejército, las policías y la sanidad pública es gigantesca comparado con el de cualquier empresa por grande que sea. No hay que olvidar que, de nuevo, los ERTE's están siendo un colchón que ha permitido que cientos de empresas puedan pensar en salir adelante y que eso es cosa del Estado. Organizar esos recursos, sólo eso, ya es una tarea inasumible fuera del Estado. ¿Es lento? Sí ¿Puede gestionarse de un modo más eficaz? Sí ¿La corrupción hace que los recursos del Estado sean menos? También. Pero esa maquinaria es necesaria, imprescindible. Sin ella estaríamos perdidos. Por supuesto, es necesario que se agilicen las entregas de ayudas prometidas y que lleguen, sobre todo que lleguen a pesar de la maldita burocracia. De ello depende el futuro de miles de personas.

¿Es verdad que las empresas están siendo ejemplares tras lo ocurrido? Pues, en general, sí. Pero en algunas se han intentado cometer injusticias con los empleados, alguna habrá que se esté intentando beneficiar de esos ERTE’s a los que me refería y cosas parecidas. Pero en general, sí. Algunos empresarios están siendo ejemplares. Por ejemplo, Juan Roig y sus equipos de gestión han elaborado planes de salvamento para sus empleados afectados y para pequeñas empresas que están pasando las de Caín. Y las ayudas han llegado con una rapidez inusitada. Eso es cierto, pero no se puede comparar la máquina pesada y lenta del Estado con un plan concreto destinado a un número concreto de personas y empresas y no a las infraestructuras de una zona arrasada. Eso sí, lo que ha hecho el dueño de Mercadona y lo que suele hacer Amancio Ortega a través de su Fundación es una maravilla. Los que critican que estos señores donen de forma desinteresada en momentos de apuros o para mejorar, por ejemplo, la Sanidad Pública, no se enteran de nada. La iniciativa privada puede y debe convivir con lo público.

Las asociaciones de todo tipo y ONG’s están dando una clase de solidaridad que tira de espaldas. Comida, ropa, todo tipo de artículos necesarios para tener una vida normal, han llegado a las zonas afectadas, también gracias a ellos.

En definitiva, entre todos se está sacando adelante una situación muy delicada. Por tanto, no se puede ser más mezquino que los que aprovechan estas circunstancias para criticar a unos señores por tener dinero o a los políticos que han trabajado serio y muy duro tras la DANA. No todos son Mazón. Quiero pensar que tenemos más como el ministro de Transportes del Gobierno de España, Óscar Puente, que, además de ser un macarra de manual, ha demostrado ser un gestor imponente. Quiero pensar que los empresarios, en general, son capaces de enfrentar situaciones extremas con solvencia y humanidad. Y sé que los españoles, en general, somos estupendos, solidarios y capaces de salir adelante.

G. Ramírez

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