Indecencia periodística o cómo utilizar un suicido con fines políticos

En España se suicidan once personas al día. Once son muchas personas, muchísimas. Más hombres que mujeres. Y, cada día que pasa, el número de jóvenes que deciden quitarse la vida aumenta. Esta es una tragedia que persiste en el tiempo y a la que no se le encuentra una solución que sirva, al menos, para que ese número de tragedias descienda.

El suicidio es algo que los medios de comunicación siempre han tratado con sumo cuidado. De hecho, los libros de estilo de los periódicos más importantes (que son los que siguen el resto de medios) invitan a evitar noticias relacionadas con el suicidio en la medida de lo posible. Se ha tratado así de no provocar mayor dolor y, sobre todo, no provocar un efecto llamada peligroso e innecesario. El asunto es mucho más que este pequeño resumen que hago aunque me sirve para hablar, desde la repugnancia y la indignación, de algo que ha ocurrido esta misma semana en España.

El martes EsDiario (medio digital) se hacía eco ‘en exclusiva’ (en los medios se conocía la noticia desde el primer momento aunque ninguno cometió la imprudencia de publicar semejante cosa), se hacía eco 'en exclusiva', decía, de la muerte por suicidio de un funcionario del Ministerio del Interior. El suceso ocurría en las dependencias de ese Ministerio. De los once suicidios (ya saben que hablo de medias) que se produjeron en España ese día solo se publicaba la noticia que se centraba en el alto cargo del Ministerio del Interior. Ese medio retiró la publicación y el redactor pidió públicamente que no se hiciera una lectura política de la noticia. Y es que bien sabe él que la lectura posible es esa y no otra. A continuación se publicó la noticia en La Derecha Diario (digital argentino) que ya la ha retirado. Y, también, en EDATV News y en La Gaceta de la Iberosfera además de distintas páginas que presumen de hacer periodismo. Estos no han retirado la noticia (al menos de momento) y, por si era poco, en EDATV News hablan de ‘extraño suicidio de un hombre de Marlaska’. Más tendencioso no se puede ser y menos vergüenza no se puede tener.

Algunos medios de comunicación, sencillamente, son repugnantes. Negre, Vito Quiles o Alvise Pérez, entre otros, son la indecencia personificada. Y están haciendo un daño irreparable en la sociedad española. Porque ya les digo yo que no son pocos lectores los que piensan, gracias al titular lamentable publicado, que ese funcionario ha muerto en extrañas condiciones y que se puede tratar de otra cosa distinta al suicidio. Eso o cualquier disparate que, en este mismo momento, está multiplicando el dolor de la familia del fallecido, de sus amigos o de sus compañeros de trabajo. Y ya les digo yo que ese efecto llamada al que me refería se producirá sin duda alguna.

No todo vale en periodismo y esto se les está yendo de las manos a una cuadrilla de niñatos metidos a profesionales mordaces y malotes. Unos gilipollas, vaya.

G. Ramírez

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