Linchar a los Reyes o a los políticos no es ser solidario, es propio de salvajes

La tragedia que ha provocado la DANA en Valencia, Albacete y distintas zonas de la geografía española, es descomunal. El dolor debe ser insoportable, la falta de esperanza debe estar haciendo estragos y la pérdida de una vida entera ha de estar martirizando a miles y miles de personas. Esto es algo que no puede discutirse ni un instante.

El espectáculo que han dado los políticos durante los últimos días es una vergüenza aunque es necesario recordar que estos sujetos que mueven los hilos de la nación son los que hemos votado. O son el resultado de no votar. Cada uno sabrá lo que ha hecho en las últimas elecciones. Es tal el desbarajuste que nadie con un mínimo de sentido común puede entender lo que está sucediendo. Chapuza tras chapuza que, posiblemente, estén costando un altísimo precio de vidas humanas. Es verdad que la DANA ha sido la causante  de esta hecatombe y es algo incontrolable, pero la gestión ha multiplicado por un millón los efectos de la gota fría.

Las redes sociales son un pozo de mugre, de odio, de mentiras y de exaltación de la mediocridad. Y si alguien tiene dudas que eche un vistazo a lo que pasa en ellas. Dan arcadas.

Y dicho todo esto, reconociendo el valor del trabajo de miles de voluntarios (un verdadero despropósito que algunos voluntarios hayan sido enviados por la Generalitat a limpiar centros comerciales privados en lugar de las casas de los valencianos afectados), sabiendo que el dolor es atroz y la desesperación una losa que no permite casi ni pensar, lo que ha ocurrido hoy no se puede justificar. No se puede lanzar una pala al presidente del Gobierno, no se puede lanzar barro y piedras a los Reyes de España y no se puede estallar de ira estando refugiados en el caos y la masa (un reflejo de las redes sociales). Lanzar objetos y tratar de linchar a otros es cosa de salvajes. Es injustificable y está fuera de lugar por completo. De hecho creo que genera mucho rechazo entre los que estamos siendo solidarios como podemos y nos dejan, genera otro debate que desplaza el fundamental.

Yo no quiero un país en el que se linche al gobernante, quiero un país democrático y libre porque es en el único ámbito en el que la solidaridad y la empatía pueden aparecer sin grandes trabas, no quiero escuchar insultos ni quiero que el odio sea el referente para ningún español.

Y creo que estamos a unos centímetros de meternos en problemas; de llevar, definitivamente, las cosas hasta extremos peligrosos, burdos y aplastantes.

Las elecciones llegarán y podremos decir lo que queramos con nuestras papeletas. De momento, ayudemos a los valencianos y seamos solidarios de verdad. Lo de poner mensajes en redes sociales para generar problemas no es ayudar. Lo de quedarse frente al televisor insultando a un político o a otro no es ayudar. Lo de difundir bulos por WhatsApp es patético y no ayuda a nadie. Ser solidario es intentar las cosas para que no vuelva a pasar todo esto, ser solidario es buscar alternativas a la forma de vida que hemos asumido como única, ser solidario es dejar de insultar y pensar en el futuro de nuestros compatriotas. Ser solidario es trabajar para que los valencianos salgan de esta lo mejor que puedan. Lo demás es majadería y fanatismo, odio y ceguera.

G. Ramírez

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