La mugre de la falsa Navidad

Un cayuco con 70 inmigrantes a bordo llega a El Hierro. / EP

Hoy es 27 de diciembre. Estamos inmersos en plena Navidad. Y en Occidente, eso significa la obligación de mostrar buenos deseos, solidaridad, empatía y todo lo que se le ocurra a usted que tenga que ver con la bondad humana. Si no eres bueno en Navidad es que eres un monstruo o algo parecido. Lo que pasa es que no lo conseguimos ni a la de tres y ya nos hemos acostumbrado. El escaso sentido religioso que le queda a esta celebración cristiana hace de estas fechas una caricatura de lo que deberían ser (son muchos los que celebran el nacimiento de Dios aunque son muchos más, infinitamente más, los que celebran una fiesta alrededor del gasto desmesurado y la fiesta más pagana). La Navidad se ha convertido en uno de los mejores negocios del año para el comercio, la hostelería y las compañías eléctricas.

En este momento, algún lector estará pensando que no tengo razón, que él celebra el nacimiento de Dios, que sus deseos de paz y amor para todos los seres humanos es lo que preside su mesa durante la Nochebuena y que yo no soy nadie para juzgar lo que hace o deja de hacer. Y tiene razón, no debo juzgar y no lo voy a hacer. Tan solo invito a que piensen en el dinero que se han gastado la pasada noche del día 24 de diciembre, lo que van a gastar la del próximo 31 de diciembre, y el costo que va a representar cada regalo del Día de Reyes. Invito a que comparen la cantidad resultante con las donaciones durante la Navidad a entidades que tratan de mejorar la vida de los más necesitados. Y luego ya nos sentamos a discutir. Y es que acudir a la misa del gallo no es suficiente para que la cosa tenga un lustre que oculte la mugre.

Un ejemplo que puede servir para reflexionar. Mientras nos dedicamos a gastar, a comer, a beber y a enviar felicitaciones navideñas a través de Whatsapp (espantosas casi todas) llegan inmigrantes a las Islas Canarias sin descanso. Personas que se juegan la vida en busca de un futuro que es su país de origen nadie les va a ofrecer. Llegan si su cayuco no naufraga en mitad del mar (el último naufragio en aguas marroquís le ha costado la vida a sesenta y nueve personas; fue el 19 de diciembre). Y nosotros tan bondadosos y tan llenos de buenos deseos seguimos a lo nuestro sin mover un dedo. Ya no miramos ni la pantalla del televisor. Si un barco turístico se hundiera en el río Tajo y muriesen diez o doce personas tendríamos tragedia para dos o tres semanas. Si este es el verdadero espíritu navideño creo yo que lo mejor es dejar de celebrar nada en estas fechas porque es un insulto a la inteligencia humana y, sobre todo, al mismísimo Jesucristo.

Son pocos los dispuestos a renunciar a su cenita de Navidad para ayudar a los que llegan de África hechos un asco. Tengo la sensación que son muchos los que se preguntan por qué no les mandan de regreso a su país de origen. Y conozco a bastantes que dicen eso al salir de la misa del gallo. Es como para dar una vuelta a lo que nos hemos convertido. O dos.

G. Ramírez 

Comentarios

  1. Entiendo tu punto de vista sobre la Navidad y la comercialización que la rodea. Es cierto que muchas personas se dejan llevar por el consumismo y olvidamos el verdadero espíritu de estas fechas. Sin embargo, creo que cada uno de nosotros tiene la oportunidad de darle un significado más profundo y auténtico a la Navidad.

    Para mí, la Navidad es un momento para reflexionar, compartir y estar con nuestros seres queridos. Es una oportunidad para mostrar bondad y solidaridad, no solo a través de regalos materiales, sino también con gestos de amor y apoyo a quienes nos rodean.

    Es cierto que hay muchas injusticias en el mundo y que debemos ser conscientes de ellas. Pero también creo que podemos hacer nuestra parte, por pequeña que sea, para marcar una diferencia. Ya sea ayudando a los más necesitados, donando a causas benéficas o simplemente siendo más amables y considerados con los demás.

    Al final del día, la Navidad es lo que cada uno de nosotros decide hacer de ella. Y aunque no siempre logremos ser perfectos, creo que el esfuerzo por ser mejores personas es lo que realmente cuenta.
    En referencia a la inmigración te diría que también se ha convertido en un negocio para determinadas asociaciones, que se aprovechan de la necesidad de esos pueblos que no tienen como prosperar. Seria largo y tedioso entrar en detalles.
    España como otros países no debe poner reparos a los inmigrantes , pero de una manera ordenada y controlada. Solo a Canarias desde el uno de enero de 2024 al 1 de septiembre del mismo año han llegado 40.000 personas irregularmente, se han destinado mas de 400.000.000 de euros para este desastre , aparte contar las perdidas en vidas humanas que quedan repartidas en el mar, un desastre que ni España ni Europa quieren solucionar. Y por otro lado tenemos a marruecos que se le dan enormes cantidades de dinero pero no aplica el dinero a la solución del problema. Poco puede hacer mas que pagar impuestos el ciudadano de pie y que se aplicaran a la raiz del problema. Con estos dirigentes así nos va.

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