La Isla de las Tentaciones o cómo hacer rentable tu idiotez
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Un participante de La Isla de las Tentaciones ( un tal Montoya) gritando entre grandes aspavientos. La foto parece un cuadro de Caravaggio |
La Isla de las Tentaciones es un
programa absurdo, alocado y, totalmente, innecesario. Sin embargo, es un
programa que tiene un enorme tirón entre los jóvenes españoles. No sabemos si se ven
reflejados en los sujetos que aparecen en pantalla, si es que se mueren de risa
ante semejante idiotez o por intuir que eso es una opción de futuro. Ser famoso en muy
rentable en el mundo desde que Internet es la reina.
Mi primera gran duda sobre La Isla de las Tentaciones tiene que ver con el casting que realiza la productora. Creo yo que si te preguntan tu nombre de pila y aciertas ya tienes un pie dentro. Si eres incapaz de señalar en un mapa un país cualquiera (de los conocidos, de los grandotes) casi lo tienes hecho. Y si tu pareja aporta un cociente intelectual por debajo de 80, estás dentro. De cualquier otra forma, resulta incomprensible cómo individuos como los que vemos los lunes por la noche en televisión puedan participar en un reality que tiene como único objetivo mostrar a un grupo de jóvenes viviendo una fiesta constante y dando voces de desesperación al comprobar que les ponen los cuernos en la casa de al lado. Ser estúpido y hacer gala de ello es lo más de lo más. Deprimente.
¿Cómo es posible que una chica
cualquiera se preste a participar en un programa en el que el guion lo escribe
tu pareja siendo infiel con descaro y gran alborozo? ¿Qué busca un muchacho
joven y bien parecido al querer poner a prueba su fidelidad y la de su novia?
¿Tanto recibe a cambio alguien que está dispuesto a humillarse y a humillar
sabiendo que eso lo va a ver el padre de la pareja o la madre propia? Resulta tremendo el espectáculo que dan todos estos que podrían escribir todo lo que piensan en un día en una frase de cuatro palabras (por ejemplo, mi mamá me mima)
Muy listos no parecen todos estos
que andan en bañador todo el día con una copa en la mano, que juegan a chupar
chocolate en el cogote de la persona que quieres beneficiarte para hacerte famoso,
que construyen frases cortas y propias de un inculto recalcitrante y penoso que presume de serlo. Lo más
inteligente que se escuchó en el último programa emitido de esta temporada fue ‘buenos
días’; a partir de ahí la cosa bajó mucho de nivel. Aunque luego ganen dinero
fácil y puedan vivir del cuento durante un tiempo, no deben ser muy listos.
Cada temporada, el contenido de
los capítulos es más escandaloso, más vacío y más aburrido. La Isla de las
Tentaciones es un programa previsible a más no poder. Todos se gustan y casi
todos meten la pata y destrozan su relación de pareja. Cada temporada la cosa
es más aburrida por loca que parezca Y es que ver llorar a una mujer histérica,
a un tipo que se siente aplastado por el peso de los leños que cree tener sobre
la crisma o a una persona desesperada por no tener control sobre lo que le
pasa, es algo doloroso y no tiene nada de divertido. Ya sé que sí entretiene a
muchos y que no son pocos los que disfrutan con las miserias ajenas. Pero
también sé que ese es el gran problema, que estamos tocando fondo como
sociedad.
G. Ramírez
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