¿Y si la muerte viniera a por ti esta noche?
Tiempo estimado de lectura: 1'
- A ver, soy la muerte. Tú, tú y tú, conmigo. Tú, pasarás una temporadita más en este antro. Te jodes. Eh, tú, sí, tú. No te escondas, imbécil. ¿No has oído que soy la muerte? Qué cosa más tonta, por favor. Venga, conmigo.
- Oiga, señora Muerte, que G. ha ido al baño. Me dijo que le
esperásemos. Un pis, creo.
- Siempre tiene que haber un listo. Me pongo enferma.
¿Estaba para morirse o ‘con si con sa’?
- Pues no sé. Buena pinta sí que tiene. Pero igual no le
funcionan los riñones. Vaya usted a saber.
- Ve a buscar al tal G., anda. Y date prisa porque me estoy
poniendo de mal humor.
- Que dice que no era pis, que era pos. Y que tengamos
paciencia, que siempre hay tiempo para morirse.
- Joder con los escritores, qué pesados han sido siempre.
Venga nos vamos. Ya volveré cuando tenga un rato. No vaya a ser que esté
escribiendo su epitafio y nos lo quiera leer o algo.
G. Ramírez
Negro...pero negro, negro... abrazo
ResponderEliminar