Experimentos (III): Adolescencia ¿Maravilla o fatalidad? -Ángel, Sonia, Héctor-

© Willy Ronis. Ménilmontant (Devant Chez Mestre), Paris. 1957

La adolescencia es esa travesía por el desierto vital que todos estamos condenados a vivir. Los chicos y chicas adolescentes quieren ser algo que no saben si es posible que exista, se ponen enfrente de todo lo que les rodea porque el universo se perfila hostil, se enamoran sin ton ni son porque el amor es precisamente eso (aunque luego se nos olvida). Durante la adolescencia, llega el primer amor, el primer disgusto que obliga a modificar el rumbo, los descubrimientos vitales más sensacionales. Durante la adolescencia comienza el viaje que aleja de los padres para sentir que el control es de uno mismo y no de los demás. Y eso se puede resumir con una canción y una pequeña reflexión. Claro que se puede. Está es la segunda entrega de las colaboraciones de los lectores de La Vida del Revés.

Ángel Muñoz

Vaya por delante que soy del 62. Ya se intuye por la canciónelegida. Tuve la suerte de ir de viaje de fin de curso a Mallorca en 8º EGB, que no era muy habitual y menos con un colegio público, el Bolivia. Estuvimos una semana, chicos y chicas, hoteles separados. El último día fiesta en el hotel de las chicas. Sonaron muchas canciones, pero por algún motivo ésta es la que me trasporta allí. Lo cierto es que a aquel viaje fue un niño y volvió un adolescente lo sé porque no me comí una rosca y a la vuelta, ya era consciente.


Sonia Fernández San Benito

Adolescencia: puffff, periodo de ‘obligado cumplimiento’ y repleto de cambios: pasas al instituto, con un profesor para cada asignatura, empiezas a tener nombre y apellidos, te mezclan con chicos (hasta entonces mi clase era solo de chicas), y de remate te haces mujer literalmente, con todos los cambios físicos que eso supone y con información escasa, qué son temas tabús y además dan vergüenza. Llega la paga, que sólo te da para un día de cine o ‘disco’ y el resto al parque a comer pipas, empiezas a fumar porque si no lo haces no molas, así que pasas de comprar los chicles y regalices en el puesto a los cigarrillos sueltos. Hay que empezar a buscarse la vida y pensar qué quieres ser de mayor, pero mientras, mi mejor amiga y yo, conseguimos ser ‘colaboradoras’ de la discoteca América del barrio, para captar clientes y así entrar gratis y darlo todo en la pista de baile. Con una estrenada democracia entraban a raudales: música, cine, ideas, movimientos, y otras ‘malas hierbas y dependencias’… Así que canciones para elegir tengo millones.‘Gonna Get Along Without You Now’ de Viola Wills, aún hoy, logra levantarme y que baile. Con 18 años y medio me puse a trabajar y mi adolescencia se despidió de mí, pero no la cambio por nada.



Héctor Valderas

Living like a farmer, pase un año de intercambio en Michigan USA. De aquella echaban Dallas en la TV, y antes de llegar fantaseaba con que en la familia que me tocase estuviera Sue Ellen de madre…, pero no, me tocó recolectar y vender mazorcas de maíz y melones en una carretera interestatal. ¡¡Menos mal que tenía a Supertramp!!



Y ya de vuelta en Madrid con super marchón y 17 años, ¡¡el rey del mundo!!

Comentarios

Form for Contact Page (Do not remove)