Una de cal de los obispos españoles y la arena eterna de la extrema derecha
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© Elio Ciol. Via Portica, Assisi, Italy. 1958 |
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Es llamativo que la imagen de Cáritas entre los españoles sea mucho más atractiva y positiva que la de la Iglesia española. Y es llamativo porque Cáritas forma parte de esa Iglesia. Seguramente, la actividad social de Cáritas, trasparente, solidaria e inclusiva; choca frontalmente con aspectos que la Iglesia española sigue manejando con torpeza, cierta opacidad y desde territorios ajenos a la realidad que vivimos los mortales; por ejemplo, la pederastia, un asunto con el que el Papá Francisco no ha mostrado duda alguna al condenarlo y que el episcopado español no ha sabido encajar.
El trabajo de Cáritas es incomparable, insustituible y de una importancia descomunal. Y lo que se dice desde Cáritas es imprescindible para que podamos construir una sociedad mejor.
La gran noticia de los últimos días es que el discurso del episcopado y el de Cáritas coinciden al milímetro y lo hace para afrontar un asunto de vital importancia para España y, seguramente, para la totalidad de los países más avanzados: los derechos de los inmigrantes. Los obispos han realizado un llamamiento a los políticos del PSOE y del PP para que tramiten la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que busca regularizar de forma extraordinaria la situación de más de medio millón de personas que viven en España de forma irregular. Y es que los obispos españoles saben que Dios no entiende de papeles, que las rayas de los mapas son cosas de las personas que han estado guerreando durante siglos (muchas veces en nombre de la deidad), y que la justicia, la solidaridad y la humanidad más esencial deberían ordenar el mundo. La dignidad de la persona ha de ser lo primero, sin matices.
Al menos, los obispos, esta vez, lo dicen sin tapujos y sin miedos. A ver si los discursos de la extrema derecha que buscan convertir a los inmigrantes en un ejército invasor se apagan. Porque no se puede ser católico y no seguir la línea que marca el magisterio. La religión es un pack y el que no se compra todo está haciendo trampas.
Ir a misa a rezar y a pedir no sé qué cosas ya no puede incluir ser injustos con decenas de miles de personas que trabajan de forma honrada en España aunque no tengan los papeles en regla.
A ver si nos enteramos todos de que son los inmigrantes los que limpian el culo a nuestros ancianos, los que nos limpian las casas, los que se dejan los riñones en el campo recogiendo lentejas o fruta… Ya sé que algún español se cuela en esa nómina, pero pocos y si los inmigrantes en situación irregular se fueran con la música a otra parte tendríamos un problema terrible entre manos.
G. Ramírez
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