La moral aprendida en la wikipedia es un coñazo

Bowl, 2014. / © Kyuin Shim

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No me importa discutir sobre ideas políticas o sobre cualquier otra cosa que tenga que ver con asuntos que suelen estar en una zona muy sensible de la consciencia. No me importa, pero lo que me tiene hasta las narices son las clases de moral barata que suelen acompañar los discursos de algunas personas.

Antes de la dosis de moralina, generalmente, llega una acusación que va camino de convertirse en un clásico: Tú lees los medios que no debes, los que desinforman; tú no estás enterado de lo que pasa en realidad. Cuando la persona con la que hablo es simpatizante de Podemos o de Vox, no falla, me acusan de no saber ni de cómo me llamo, de estar entregado a la mafia informativa que se apoderó de la humanidad y la tiene esclavizada desde hace años.

A partir de ese momento, aluden a la maldad de los empresarios que pagan sueldos de mierda que serán los mismos que cobren tus hijos (esto me lo dicen con un dedito estirado y pinta de ser acusador y eso), a la injusticia que supone que los hombres estén viviendo una especie de presión insoportable que los convierte en sospechosos perpetuos, a la unidad de España como única razón por la que una persona ha venido al mundo, a lo importante que es escuchar al líder para que estemos remando todos a una... En fin, dependiendo del interlocutor escucho unas cosas u otras. Incluso, alguna vez, se mezclan todas en un batiburrillo indescifrable que deja claro que, al final, los extremos se parecen mucho más de lo que algunos estarían dispuestos a admitir.

El caso es que ellos sostienen su existencia en una moral amplia y robusta mientras que tú eres medio gilipollas y no te enteras de nada. El caso es que ellos vienen a salvar el mundo y que tú no piensas en nada, ni siquiera en tus hijos. El caso es que a ellos se les abren las carnes viendo morir a los niños en África y tú eres un monstruo insensible incapaz de mostrar compasión por los demás.

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Sin embargo, habría que preguntarse dónde se informan estos gurús de la moral moderna. Porque empiezo a sospechar que tienen poco que aportar y que criterio, lo que se dice un criterio sólido, no parecen tener. Agarrar un par de ideas y soltarlas a diestro y siniestro no es lo mismo que tener las cosas claras y un punto de vista sereno, solvente y necesario para los otros. Y también habría que preguntarse porque señalan a los demás cuando hablan de pobreza en el mundo. Igual yo tengo muy mala suerte, pero cada vez que me lo intenta restregar alguien por los morros, resulta que va a viajar a China porque le apetece muchísimo o a África para hacer un safari inolvidable. Lo de enviar la tela a las entidades que trabajan para paliar el problema no se les pasa por la cabeza. No es lo mismo ser solidario que soltar un discurso (leído previamente en Internet) que no se parece en nada a lo que practicas en tu día a día. Eso sí, ellos se informan y son moralmente una especie de oasis que nos salva la vida a los demás casa minuto que pasa. Eso creen.

La moral de bisutería es el arma retórica que han elegido miles de personas que han creído que su ética (aprendida, previamente, en un panfleto por alguien que no sabe ni lo que dice) se ha construido a prueba de bombas.

Qué pereza escuchar a los pensadores formados en la wikipedia. Qué pereza.

G. Ramírez