La ‘quemaiglesias’ se masturba sobre el altar

Hace unos días, estuvimos en casa hablando con mi hijo Gonzalo. Ya está en Lixeira (Angola) trabajando duro como misionero voluntario. Tanto mi esposa como yo mismo tuvimos la sensación de entender en el gesto de Gonzalo algo así como una enorme pena al comprender que él sólo no va a cambiar nada, que la pobreza con la que está encontrándose seguirá siendo la misma el día que regrese, que los pequeños que viven en los centros de acogida seguirán abandonados y sentenciados a tener una vida durísima. Sabe que, por mucho que quiera hacer, las cosas no las pueden solucionar ni él ni sus compañeros misioneros. Ayudan y pueden hacer felices de forma efímera a un puñado de personas; poco más. Y la pena que lleva dibujada en la cara solo se puede comparar con lo orgullosos que nos sentimos en casa viendo la entrega de un joven que se pelea duro con la realidad. Él y todos los que andan por el mundo entero haciendo su labor.

Mientras tanto, una boba, una tal Ane Lindane, simulaba una masturbación sobre un altar. Estaba ésta mujer en Arberatze-Zilhekoa, un pequeño pueblo de Iparralde, durante la celebración del festival Euskal Herria Zuzenean (EHZ). Para presentarse ante el público que iba a asistir a su actuación quiso hacer un guiño a la película ‘El exorcista’ (eso dice este mamarracho). Además, la cómica dijo en un tuit que publicó en su cuenta que habían logrado que los cimientos del catolicismo se mostrasen comprometidos con sus blasfemias y que su denuncia de la pederastia en el seno De la Iglesia había sido lo más de lo más. Por cierto, mientras hacia el imbécil gritaba que Dios ha muerto, famosa frase de Friedrich Nietzsche. Me temo que esta del filósofo no sabe ni que existió.

Ya les digo yo que los cimientos del catolicismo siguen intactos después de que esta majadera simulase una masturbación crucifijo en mano. Y que la denuncia de la pederastia se debe hacer de otro modo. Y que la importancia de lo que ha hecho es cero. Resulta inconcebible que todavía existan estos personajes anclados en el 36 que siguen viendo en la Iglesia un enemigo a exterminar sin entender que los tiempos cambian.

Abogados cristianos (una entidad radical, muchas veces ridícula en sus planteamientos, mojigata y anacrónica) ha denunciado a Ane Lindane y esta mujer dice que lo hacen para asustar a toda la profesión. Lo que ella no sabe es que ha logrado algo inimaginable: hasta los más críticos con Abogados Cristianos estamos del lado de ellos. Es tal el mal gusto, la impertinencia, la falta de gracia y la falta de justificación que lo que ha hecho Ane Lindane resulta repugnante y prescindible.

Dos formas de enfrentarse con la realidad. Cada uno que saque sus propias conclusiones. Por cierto, como mi hijo Gonzalo hay cientos de personas; como Ane Lindane no se conocen. Por fortuna.

G. Ramírez

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