El tiempo y María

© Aldo Sessa

El tiempo es esa herramienta que utiliza el ser humano para calcular (más o menos) el tiempo que le queda para morir. Esto ya lo he dicho en más de una ocasión. Lógicamente, los imponderables hacen que la cosa no sea exacta del todo. El tiempo es una convención que nos permite llamar algunas cosas por su nombre: recuerdos, objetivos, presente, nostalgia… En realidad, el tiempo es un deseo ancestral del ser humano, el de querer controlar lo incontrolable.

Y el tiempo pasa sin compasión, sin concesiones a nadie ni a nada; el tiempo nos acerca a la muerte nos pongamos como nos pongamos. Aunque el tiempo es, al mismo tiempo y por las mismas razones, inmensa alegría. Celebramos estar vivos un año más con tanto entusiasmo como recordamos que han pasado doce meses en un suspiro.

Hoy es el cumpleaños de María Borrell. Fue mi alumna. La primera vez que la tuve en clase tenía doce años. Hoy cumple treinta y dos. Por tanto yo sumaba cuarenta y uno. Me alegra mucho que esté por aquí; me causa cierta angustia saber que han pasado veinte años y que ni me he enterado. El tiempo es pura paradoja.

María sigue escribiendo muy, muy, bien; sigue siendo tan dulce como lo era hace ya tantos años; sigue creciendo como persona al ritmo que marca el tiempo (el mismo que me arrastra a mí hasta otros derroteros). María es el tiempo, su tiempo.

Sea como sea !felicidades María¡

G. Ramírez