No dejes de decir ‘I Love You’ al reflejo del espejo

Look in the mirror and say I love you, 2023. / © Jana Šantavá

El regreso tras las vacaciones siempre es duro aunque hacemos esfuerzos descomunales para que sea mucho peor. Nos arrepentimos de los gastos que ya no tienen sentido (tal vez nunca lo tuvieron), nos arrepentimos de los quilos de más que nos traemos y tienen pinta de quedarse para siempre (es lo que tiene  el sobrepeso latente y ser gorditos arrepentidos, pero gorditos al fin y al cabo), nos avergüenza haber bebido sin ton ni son creyendo que eso nos hacía felices sin tener en cuenta lo efímero del efecto químico embotellado (privar nunca fue buena idea). Las vacaciones han sido cortas y queda por delante un año muy, muy, largo.

Y todo se puede resumir en un gesto que, a diario, repetimos tantas veces como queremos sentirnos desgraciados. Encendemos la luz, nos colocamos frente al espejo y miramos el reflejo hostil, la triste realidad de la que somos protagonistas. A continuación pensamos en los cambios urgentes que necesitamos para volver a poner los pies en el suelo. Y nos deprimimos. Detestamos lo que somos y la que nos espera.

Pero la cosa puede cambiar y, de una vez por todas, si decidimos aceptar lo que somos sin pensar en gustar a otros, sin tener en cuenta las exigencias estúpidas que nuestro grupo tiene como objetivo prioritario. Podemos mirar (nos) y decir ‘I Love You’ y hacernos novios de nosotros mismos. Sólo un novio puede perdonar la imperfección, sólo un novio nos puede querer sin condiciones.

Hazlo ahora. Levántate, ve hasta ese espejo que tanto te martiriza, enamórate de ti sin pensarlo dos veces y promete tu amor eterno a ese reflejo tan maravilloso en el que te acabas de convertir. Abrázate a ese tú que tanto debería gustarte. Ni te lo pienses.

G. Ramírez