La caja B de Koldo y los polvos peligrosos
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| Koldo García antes de entrar en algún Tribunal. / EP |
Me distancio de lo esencial del problema y me centro en lo superficial, en el chiste, en lo cutre y guarro, porque, al fin y al cabo, lo de Koldo y Ábalos es roñoso y parece sacado de una de esas películas quinquis de la serie B española, una de esas que protagonizaba ‘el Vaquilla’ con música de Los Chichos.
Ahora resulta que Koldo disponía de una caja B (por lo que se ve la letra B es la clave) llena de fondos llegados de otra caja B con la que pagaba viajes y servicios a prostitutas y amiguitas del propio Koldo y del que ya es el ministro más mugriento o cochambroso de la democracia española. El nivel es tal que cualquier relato narrativo no soportaría este tipo de cosas puesto que parecerían inverosímiles.
Más. ¿Quién podría creer que el asunto de las chistorras es real, que está pasando y que los telediarios abren con noticias sobre chistorras, soles y no sé qué más idioteces? Pues está pasando. De hecho, el mismísimo Koldo dice que las chistorras son reales, que no hay mejor regalo para la gente que el arte culinario; es decir, que lo mejor del mundo es regalar chistorras y que él traía decenas de miles para entregar como obsequio a unos y otros. Este hombre debe pensar que muy listo y que sus argumentos son indiscutibles, piensa que el resto somos bobos perdidos. Y no, el garrulo, el mezquino, el indeseable y el que resulta un hazme reír es él.
Si no fuera porque nos roban el dinero delante de nuestras narices, si no fuera porque mientras unos viven en la calle otros lo hacen como aristócratas de palo, si no fuera porque el mundo sería infinitamente más cómodo para todos sin esta banda de mierdas en el escenario, me estaría muriendo de risa.
Putas, comisiones, un mundo gris y opaco, un partido político que aguanta sin que nadie se explique cómo no ha dimitido ya desde el primero al último, un partido en la oposición que dice todo aquello que han tenido que escuchar los políticos del PP durante los últimos diez años y que no muestran vergüenza alguna al decirlo como si ellos fueran puros y limpios… Un desastre para todos y unos polvos que nos traerán lodos peligrosos, muy peligrosos.
(Nota: si esto lo leen el señor Koldo o el señor Ábalos que no piensen que lo de los polvos va por ellos y sus amigas, no, no; se trata de una frase hecha.
G. Ramírez

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