Anabel Pantoja denuncia a todos menos a sí misma

 

Anabel Pantoja. / Telecinco

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Siempre he sido crítico con Anabel Pantoja. No me parece que sea alguien que aporte algo a la sociedad salvo gritos, groserías y una falta de cultura descomunal. No me parece que Anabel Pantoja sea atractiva en ningún aspecto, no me ha sorprendido nunca jamás con algo que me haya servido para integrar en lo que soy. Está vacía. Y, además de su victimismo, de su escasa cultura o su egoísmo descontrolado, Anabel Pantoja presume de ser inculta, malhablada, grotesca e intelectualmente plana. Resulta patético que alguien así tenga cientos de miles de seguidores en redes sociales, que facture un dineral por posar en bañador o cosas parecidas.

Ahora, Anabel Pantoja se descuelga, ahora, denunciando a periodistas, cadenas y productoras que han difundido noticias sobre todo lo que ha ido ocurriendo con su bebé. Esto no se puede valorar y sus razones tendrá. No me interesa en absoluto. Lo que sí me deja perplejo es que demande al hospital en el que han atendido a su hija, el centro en el que han logrado que la niña salga adelante, el centro en el que seguirán tratando a la criatura si es necesario. Me temo que no ha valorado las consecuencias que puede tener esta decisión. Y es que eso es como denunciar a España entera, es dar un mazazo en la frente de todos.

La imagen de Anabel Pantoja está tocada y ella sabe que eso no es bueno porque vive precisamente de vender cada cosa que hace. El personal tiende a sospechar enseguida y lo que, en un principio, fue solidaridad y cariño y se ha ido convirtiendo, poco a poco, en dudas, especulaciones y distancia. Esto puede ser muy injusto aunque así funcionan las cosas. Y denunciar al hospital empeorará este aspecto sin ningún género de dudas. Es posible que eso tan gracioso de ser una cateta, de estar rellenita y presumir de estarlo (algo que es lo único que me gusta de ella), de no leer, de hablar regular o de cualquier otra cosa que ha estado haciendo, se convierta en motivo de burla, de crítica feroz y de excusa para dar de lo lindo a esta mujer. Algunas cosas no se perdonan y morder la mano del que te cuida no está bien visto.

Soy incapaz de entender a esta mujer, de ponerme en su lugar para acercarme a lo que puede pensar al ser tan ridícula, tan zafia y tan vulgar. Incapaz. Y, a partir de ahora, creo que ni lo intentaré.

Esta mujer es influencer. La pregunta es si alguna joven se deja llevar por lo que dice o hace. Si la respuesta es que Anabel Pantoja es ejemplo de algo es que el fin de esta civilización se acerca y nos lo merecemos.

 G. Ramírez