Experimentos (II): Regreso a la niñez -Ana, Sonia, Mª Judith-
Série ‘As Crianças na obra de Artur Pastor’. Póvoa de Varzim, décadas de 50/60.
Un olor, un sabor o una canción nos pueden llevar hasta nuestra niñez, hasta cualquier otro tiempo. Para sentir, por ejemplo, esa felicidad que tanto nos protege, que tanto nos arropa en los momentos más amargos. Octava entrega de las colaboraciones que están enviando los lectores de La Vida del Revés. Sensaciones preciosas que dibujan la vida para siempre.
Ana Carnero
Me traslado al patio de la casa de mis padres, en un veranito, cuando tenía menos de 10 años.
Sin duda, María Elena Walsh era la cantautora que llenó nuestra niñez, ilustrándonos sin que nos diéramos cuenta. En cada canción, jugando con representaciones, dejó claro que la ética en la igualdad es lo que nos ayuda a crecer.
Y cuando fuimos creciendo, entendimos más de las poesías cantadas que disfrutaban en paralelo nuestros padres. Muchas se convirtieron en el eco de tantas cosas que se pensaron y no salieron de nuestras bocas pero que ella, la Walsh, o simplemente María Elena, sabía sentir, leer y elevar. Muchas de sus prosas cantadas, hoy las escucho en algunas tardes de domingo, de esas en las que a veces uno busca desgarrarse un poco con ciertas nostalgias que abren el alma y nos recuerdan que aún palpitamos ahí dentro, en algún lugar.
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