Alicia Yubero: 'Las jugadoras actuales deben disfrutar lo que están viviendo'

 

Alicia Yubero (izquierda) durante un homenaje a las jugadoras de rugby más veteranas

Somos lo que acumulamos desde que nacemos. La primera caricia de nuestra madre marca la vida inevitablemente y arrastramos cualquier detalle desde el comienzo, desde ese primer contacto con el oxígeno que arde en los pulmones. Ese es el primer sumando de millones de ellos. Por eso, porque todo lo que recibimos lo integramos, no podemos modificar nada de lo que forma parte de nuestra identidad. Si pudiéramos borrar algo del pasado dejaríamos de ser nosotros. Por supuesto, no podemos.

Y para una jugadora de rugby, una de aquellas mujeres que se atrevieron a jugar lo que se consideraba un juego de hombres hace ya muchos años, ese deporte se convierte en e acto en parte esencial de lo que es. Un ejemplo de todo ello es la madrileña Alicia Yubero Macua, jugadora de la selección nacional de rugby en los años 90. Ocupaba el puesto de pilier izquierdo (en la selección) o de flanker (en su club), a pesar de pesar 65 kilos y medir 1,67 metros. Alguna vez le regañaban por perder peso y cree que fue la delantera con menos peso del mundial que disputó con la selección española.

Comenzamos a charlar a la hora en punto. Alicia habla con cierta parsimonia, como si no quisiera decir algo inadecuado, algo que rompiera la magia de una conversación agradable. Resulta encantadora y es una excelente conversadora.

A punto de hacerse con el balón en una touche.

Le explico que la idea que tengo presente siempre que hablo con mujeres relacionadas con el rugby es dar visibilidad a todas esas chicas que arriesgan tanto eligiendo el rugby como deporte. Y le explico que soy padre de jugadora, que es muy joven. ‘Ya hubiera querido yo jugar con diecisiete años al rugby. Es una maravilla ver jugar a esas chicas tan jóvenes, comprobar que tienen rugby dentro y que ya juegan muy, muy, bien. Además, ellas que vienen de jugar con chicos, llegan a los equipos femeninos preparadas de sobra. Tengo un sobrino que empezó a jugar con once años y es otro mundo al que me tocó vivir. Me resulta muy emocionante ver jugar a estos chicos y chicas’.

Las cosas han cambiado mucho en los últimos años. No hace tanto tiempo, las chicas conocían el rugby estando en la universidad. ‘Pues estás hablando con la prehistoria del rugby, Gabriel. Qué me vas a contar’ me dice Alicia.

‘Creo que todas las que empezamos a jugar rugby en aquella época (fuimos las primeras) llegábamos de practicar otros deportes. A principios de los años ochenta, jugaba al baloncesto. Entonces, en Getafe, el que era director del patronato de deportes había jugado al rugby, era licenciado en INEF, y comenzó a armar un equipo con deportistas de allí. Venían del atletismo (Getafe tenía por aquel entonces un equipo bastante potente; era el Atlético de Getafe); y algunas jugábamos al baloncesto. Quedábamos para entrenar algunos días, no jugábamos, no había liga y era una experiencia muy agradable. Cuando jugamos un primer partido amistoso contra las chicas del CEU nos dieron un repaso impresionante. Creo recordar que jugué todo el partido corriendo al contrataque porque no sabía que el balón no se podía pasar hacia delante. Imagínate mi debut. De aquel equipo de Getafe nunca se habla porque, en realidad, nunca compitió ni nada. Se llamaba Lasal. Jugamos algún partido fuera de Getafe, pero nada de competición oficial. Cuando viajamos a Barcelona para jugar contra, creo, Hospitalet (no estoy segura porque han pasado muchos años y me falla la memoria) vinieron con nosotras tres jugadoras del CEU. Si no recuerdo mal eran Paloma Loza, Lola Moyano y Mariana Marxuach. Ellas entrenaban ya a otro nivel. Como te digo, yo jugaba al baloncesto, pero el rugby me fascinó y sentí que era el deporte de mi vida desde el principio, que si lo hubiera conocido de niña hubiera jugado desde muy pequeña. El caso es que terminé en el CEU, uno de los equipos fundadores de las ligas femeninas de rugby, porque lo de Lasal no tenía mayor recorrido’.

Alicia Yubero (5ª por la izquierda) junto a otras jugadoras y a Laurie O'Really una institución en el rugby español (1º izquierda)


Alicia Yubero avanza en la exposición sin ocultar cierta nostalgia y un inmenso amor por el rugby. Terminó jugando en Alcobendas y Majadahonda. Dejó de jugar el año 1994.

‘Mira Gabriel, el rugby de los años 80 y 90 era tan amateur que la vida profesional te impide continuar. No podía ser que apareciese en el trabajo con muletas cada dos por tres; el tiempo para entrenar era escaso y tuve que dejarlo. Me encantaba practicar rugby; quería estar fuerte, tener resistencia…, pero la vida obliga a tomar caminos distintos a los deseados. Por cierto, que nadie crea que esto era cosas de chicas porque los equipos masculinos estaban en situación parecida a la nuestra. La diferencia es que ellos dieron el salto antes que nosotras’.

Echa la vista atrás para recordar. Y el discurso se tiñe de buen sentido del humor.

‘En el viaje a Gales, que hicimos previo al mundial, estando en el aeropuerto nos encontramos con la selección nacional de fútbol juvenil. Allí había utillleros por todos lados, un cuerpo técnico nutrido, yo qué sé. Nosotras jugábamos, lavábamos nuestra camiseta, la secábamos y llevábamos nuestros trastos. Por supuesto, no se cobraba un duro. Pero habíamos dicho que jugaríamos al rugby aunque nos costase el trabajo. Así eran las cosas en aquellos años. Además, coincidíamos en todo: como rivales en los clubs, como jugadoras en la selección madrileña, como internacionales y si jugábamos la universitaria allí estábamos todas. Éramos amigas’.

17/12/88. Sel. Madrid-Universidad Canterbury N. Zelanda. Alicia Yubero es la 4ª por la izq. de pie. 


Le recuerdo a Alicia que hoy en día el número de fichas femeninas es todavía muy bajo y que suelen coincidir también en todo. Algunas cosas no parece que vayan a cambiar demasiado pronto. Lo único que siguen cambiando son las vidas de las jugadoras tal y como ya pasaba en aquellos primeros años de rugby femenino.

‘Sabía lo que era jugar en equipo y lo que significaba pertenecer a un grupo, pero el rugby me pareció la máxima expresión de todo aquello. El rugby es una actitud ante la vida y esto no es una frase hecha porque la digo convencida. El rugby cambia la vida. Saber que las cosas no te las regalan y que te las tienes que ganar es muy importante y eso se aprende en el rugby. Eso se graba en el ADN para siempre’.

Disputando un partido contra la selección italiana


Alicia es productora ejecutiva y trabaja en el mundo del cine y de las series de televisión. Me dice con cierta emoción que sigue intentando disfrutar de lo que hace junto a su equipo, como cuando jugaba al rugby. Le pido que para terminar deje un consejo a las nuevas jugadoras y a sus padres.

‘Las chicas que juegan ahora deben disfrutan lo que están viviendo. Y deben compartir esas sensaciones con el equipo y con el club. Y los padres deben permitir a las más pequeñas que jueguen; deben disfrutar del ambiente, del respeto al rival y al árbitro. Deben aprender que el rugby es otra cosa, es una experiencia maravillosa’.

G. Ramírez

El equipo de LaSal (Getafe) - Amistoso en Barcelona. 80's


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