Elena Vallejo: ‘Me siento muy madre de todas las mujeres de más de treinta y cinco años que jugamos al rugby’
Elena Vallejo con el balón |
Elena Vallejo es una sevillana a la que le entusiasma la Feria de Abril. Es una mujer muy simpática, cercana, trabajadora y entusiasta. Habla con un marcado acento andaluz y cierto aroma a azahar en cada palabra, porque lo que se dice, también, tiene su olor. Elena Vallejo es Vicepresidenta de la Federación Española de Rugby y está dedicada a todo lo que tiene que ver con el rugby femenino; es entrenadora, jugadora y fundadora (impulsora también) del Movimiento Mater que concentra a las mujeres mayores de 35 años que juegan al rugby en toda España (el proyecto terminará siendo una liga dentro del ámbito federativo). Es pilier o talonadora de ‘las Cocos’ de Sevilla aunque ha jugado sólo cuatro partidos este año; eso sí, presume de seguir ahí, al pie del cañón. Tiene cuarenta y un años y, sin duda, tiene razones para poder presumir y mucho.
Tiene cuarenta y un años. Le pregunto si es imposible
salirse del rugby y me dice que de los bares se sale, pero del rugby no.
‘Las cosas que nos saturan solemos dejarlas, pero la
comunidad del rugby está formada por personas a las que les gusta saturarse… de
rugby. Es algo muy bonito porque en el rugby somos muy, muy, intensos todos.
Aquí se está o no se está, no se puede estar a medias. Y si te saturas mucho te
tomas un rato de descanso y arreglado. Abandonar jamás’.
Elena Vallejo junto a jugadoras de 'las Cocos' sevillanas |
Elena Vallejo comenzó a jugar al rugby a los dieciséis años en el equipo senior femenino del Universidad de Sevilla.
‘Mi padre jugaba, mi hermano jugaba, pero yo no pude empezar
antes porque no había equipos para chicas, y hasta los dieciséis no se
comenzaba en el equipo senior femenino. Lo hubiera hecho antes si hubiera
tenido posibilidades. Practiqué natación muchos años, vóley y remo… y no
intenté jugar nunca con chicos. Ni siquiera entrenar. Ya te digo yo que en el
CAR (Club de Amigos del Rugby) no me hubieran dejado jugar; no nos dejaban
jugar al fútbol sala en los campeonatos entre clases, así que figúrate tú en el
caso del rugby’.
Un par de años después de comenzar a jugar rugby, Elena Vallejo
dejó Sevilla para trabajar. Y retomó la práctica del rugby una vez que regresó
a la capital hispalense, hace ahora siete años.
‘Es como si hubiera nacido en un campo de rugby, me han cambiado
pañales en un campo de rugby (todos estos veteranos que andan aquí, en Sevilla,
montando su equipo para jugar el campeonato de Europa me han cambiado los
pañales alguna vez). Yo era la rubita loca que iba con el cubito lleno de arena
para que pudieran patear a palos. He vivido el rugby desde muy chica. Retomé el
rugby al regresar a España por una cuestión de salud mental y juego en ‘las
Cocos’ desde ese momento. Llegué el año que logramos el ascenso a División de
Honor y vivir con el equipo me ha ayudado mucho desde entonces. Porque el rugby
es equipo, eso no se puede olvidar; el rugby es tu compañero, es el vestuario
unido para siempre, es personas y valores’.
Elena Vallejo está convencida de lo que dice y siente cada
palabra al pronunciarla. Charlamos sobre la situación del rugby femenino actual
y habla con un punto de ilusión.
‘Debe seguir creciendo, de momento lo hace exponencialmente,
pero no todo lo que sería necesario. Si queremos conseguir que el rugby
femenino esté entre los mejores del mundo necesitamos fichas femeninas, no
queda otra. Todos nuestros proyectos en la federación miran al futuro aunque
tenemos los pies en el presente y la captación de jugadoras entendemos que es
esencial para que esos proyectos cuajen. Y ya te digo que es muy complicado
llegar al número de fichas que necesitamos’.
Es que lograr que una chica juegue al rugby no es fácil. ¿Se
te ocurre alguna idea que pueda llamar su atención?
Elena Vallejo con su hija Marisa |
‘Mi hija tiene doce años y desde que nació vive el rugby de
cerca. Como yo. Y como en casa solo se habla de rugby, con sus tíos y el abuelo
se habla de rugby, y siempre estoy liada con el rugby, la niña terminó odiando
el rugby. Pero al comenzar esta temporada todo cambió. Renunció al fútbol y
decidió probar con el rugby porque el ambiente le gustaba mucho más. Y creo que
por ahí es por donde hay que ir, el ambiente del rugby es especial, fantástico,
entrañable y muy divertido. Pero, claro, el problema es que tenemos que educar
a los padres que no han vivido el rugby. Es extraño que un padre entienda que
su hija elija el rugby como deporte. Asaltan los miedos, las inseguridades, y
eso no ayuda en los comienzos de las jugadoras. ¿Por qué no te dedicas a otro
deporte, hija? es la pregunta más escuchada por las nuevas jugadoras después
del primer entrenamiento en el que ya ha habido contacto’.
¿Estáis muy preocupados con estos asuntos en la Federación Española de Rugby?
‘Sin rugby base y sin clubes no podría existir la FER; no
existiría el rugby en general. Por eso es tan importante el trabajo que hacemos
buscando alternativas en todos los ámbitos de este deporte. Y, por eso, nuestra
preocupación es importante’.
¿Existen diferencias entre el rugby masculino y el femenino
en el ámbito federativo?
‘La apuesta en la FER es por los cuatro equipos absolutos y,
por tanto, por los de categorías inferiores tanto de chicas como de chicos. No
hay distinción alguna entre el XV masculino y el XV femenino. En 7’s ocurre lo
mismo. Aquí no hay busques insignias. Todos a una. Y, además, nos piden (por
ejemplo, desde Word Rugby) que el nivel de las féminas suba lo más posible en
el menor tiempo posible. No hay diferencias’.
Elena Vallejo es la fundadora del movimiento Mater, una idea
que surgió durante la pandemia por la necesidad que sintió de estar en contacto
con sus jugadoras. Un buen día decidió preguntar en redes sociales a las mujeres
de más de treinta y cinco años y sin experiencia en el rugby, si estarían dispuestas
a jugar y se encontró con ocho equipos. Y, ahora, Elena Vallejo habla con una
lágrima haciendo equilibrios sobre su párpado inferior.
‘Estoy muy orgullosa de todas las mujeres que participan en
el Movimiento Mater. Ya somos veinte equipos y es rara la semana en la que no
llama alguien para decirme que van a montar otro y que quieren ir a la próxima
sede’.
Tienen sus propias reglas de juego, la mezcla de edades en
los equipos son maravillosas y llegan a entendimientos casi imposibles, se
juega a medio campo, diez contra diez Y Elena Vallejo es entrenadora del equipo
‘Malas Madres’.
‘Este equipo nació de la necesidad de entender el rugby por
parte de las madres que llevaban a sus hijos a los entrenamientos. ¿Por qué no
jugamos nosotras? se preguntaron algunas. Como en el resto de equipos que ha
ido surgiendo. Casi todas las que juegan en el Movimiento Mater son madres’.
Estamos a punto de acabar aunque añade algo con mucho
énfasis.
‘Me siento muy madre de todas las mujeres de más de treinta
y cinco años que jugamos al rugby’.
El tiempo acaba. Y el aroma a azahar se queda reposando en
cada rincón. Creo que para siempre.
G. Ramírez
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