José Antonio Barrio ‘Yunque’: 'En rugby se forman jugadores y buenas personas'
José Antonio Barrio ‘Yunque’ |
José Antonio Barrio ‘Yunque’ es el Director Deportivo de la Federación
Española de Rugby (FER), es decir, ‘Yunque’ es la figura que concentra lo que
tiene que ver con el deporte, con el rugby, el alto rendimiento, los árbitros, el
desarrollo o las competiciones dentro de la FER. Es un hombre comedido al
hablar aunque tiene las ideas muy claras; prefiere decir las cosas con calma,
sin dejar nada en el tintero.
Hablamos en su despacho. Le pido que me dibuje la situación
actual del rugby femenino en España y comienza a hablar mientras juguetea con
un bolígrafo con el que parece querer matizar lo que va diciendo.
‘Es un momento de cambio interesante en el rugby femenino
español. Partíamos de una buena situación, puesto que en España siempre ha
habido muy buenas deportistas y nuestro histórico es francamente bueno, pero
las cosas han cambiado. Cuando antes nadie invertía, salvo Inglaterra y
Francia, nosotros ya teníamos un buen equipo femenino. Se han jugado el Cinco Naciones
y el Seis Naciones, los equipos de 7’s ha cosechado muy buenos
resultados. Se quiso invertir en su momento y como te digo venimos de un buen
histórico. Lo que pasa es que ahora todos los países invierten en rugby
femenino y la situación no es la misma. El contexto es otro muy distinto. En
España, las jugadoras son, cada día, mejores; los clubes brindan oportunidades
de acuerdo a lo que es la deportista; pero el contexto internacional es
distinto, es más complicado, y vamos a tener que reinventarnos. Hemos crecido
muy rápido dentro de la competición nacional y, provocado por las necesidades
internacionales, tenemos un desajuste del músculo actual. Y es que el entorno
internacional presiona para que sigamos en las dos élites (XV y 7’s) y
probablemente lo que teníamos debe sufrir una gran aceleración sin que los
clubes y las federaciones territoriales salgan dañados. Esto es complicado
porque necesitamos más jugadoras en un plazo de tiempo reducido. Y, claro, lo
peor es que o te subes en este carro o pasa de largo y te quedas en tierra. El
crecimiento está siendo muy rápido y hay que adaptar las estructuras tanto como
sea posible en un periodo de tiempo corto’.
¿Tenemos tan poco tiempo?
‘En España se ha apostado por los dos equipos
internacionales absolutos masculinos y por los dos femeninos. Se podían haber
centrado los esfuerzos en uno u otro, pero la idea es potenciar los cuatro al
mismo tiempo y eso requiere un esfuerzo serio. Muy pocos países tienen los
cuatro equipos en la élite (Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda y Australia).
Lo normal es encontrar países en los que el 7’s masculino y femenino no existen
apenas (por ejemplo, Italia); países en los que el XV masculino es dueño y
señor (por ejemplo, Georgia). Por tanto, debemos hacer las cosas con sumo cuidado por el
bien de las jugadoras, en primer lugar, y por el bien de las estructuras que
soportan el rugby femenino. Pero no tenemos tiempo porque las necesidades están
ahí, esperando’.
En este crecimiento tan necesario supongo que los centros de alto rendimiento y de tecnificación son fundamentales ¿verdad?
‘Lo que detectamos en su momento con respecto al rugby
femenino fue que era necesario dar un servicio a las jugadoras a unas edades
complicadas en las que juegan en competición mixta y, por otra parte, que
existía una diferencia física acusada con respecto a las selecciones con las
que competimos. Además, quisimos dotar a la jugadora de apoyos como para que no
tuviera que viajar a otro país para poder jugar y desarrollar todo su
potencial. Jugarán donde ellas quieran, pero que no fuera una obligación
se estableció como uno de los primeros objetivos. Mira, hace algún tiempo sólo teníamos un
centro que estaba en Madrid y todas las jugadoras que querían mostrarse venían
a jugar aquí. Eso hizo que en Madrid hubiera cuatro o cinco equipos de alto
nivel. Ahora, ya no hay tantos precisamente por esa movilidad de las jugadoras
de fuera de Madrid que no se produce. Se trata de evitar estas cuestiones que
pueden llevar al abandono del rugby por parte de la jugadora. Existiendo los centros
de alto rendimiento y los de tecnificación (depende de la zona geográfica de la
que hablemos) la movilidad de las jugadoras ya no es obligada. Por supuesto,
estos centros son un primer escalón hacia las selecciones nacionales’.
Parece que ya comienzan a existir hitos para las jugadoras.
Antes era un solo paso del club a la selección o nada.
‘Durante la preparación del mundial de Parma hubo un cambio
generacional muy importante y muchas jugadoras jóvenes (17 o 18 años) pasaron
al primer equipo sin pasos intermedios. Pero lo lógico es que, si no existen esos
cambios generacionales tan bruscos, las jugadoras vayan quemando etapas antes
de llegar a la selección absoluta’.
Hablamos de las posibles diferencias que existen entre
chicos y chicas que juegan al rugby, de los mitos que tal vez están convertidos
en tópicos.
‘Los grupos nunca son iguales, sean de hombres o de mujeres.
Los grupos de chicos no siempre tienen un mismo nivel, ni los de las chicas
tampoco. Con esto quiero decir que entrenar a un equipo femenino es diferente
porque, sencillamente, es otro grupo. Un entrenador se encuentra un universo nuevo en cada
equipo con el que trabaja, sea de chicos, mixto, o femenino. Las chicas son más
intensas durante todo el tiempo que son jugadoras, necesitan saber otras cosas;
más cosas seguramente y con más detalle; los chicos dejan de pensar en el rugby
al acabar el entrenamiento. Mira, a mí me venía muy bien entrenar a los chicos
en el club y en la selección a las chicas; así tocaba todas las variables
posibles y era muy enriquecedor.
Ya que ha mencionado esos equipos mixtos en los que las chicas juegan, hasta cumplir los diecisiete años, junto a los chicos, le pido que se extienda algo más sobre el asunto.
‘A las chicas les gusta entrenar con los chicos porque lo
hacen a otro ritmo, a otro nivel, pero llega un momento que jugar con ellos
puede ser peligroso. Además, hay edades muy complicadas para las jugadoras que
comparten equipo con los chicos. Y, por supuesto, no es lo mismo jugar de
pilier o de medio de apertura; las primera y segunda líneas son muy
problemáticas para ellas. A esto se le añaden la melé, el vestuario… Las
jugadoras llegan a abandonar por este tipo de situaciones que se hacen tan
cuesta arriba. Y es que si el problema físico marca diferencias, el emocional
es igual de importante. Estamos intentando encontrar la fórmula para conseguir
una liga femenina aunque sin dejar de tener algún contacto con equipos
masculinos para jugar con esas otras velocidades y ritmos. Pero, en este
momento, el número de fichas no permite grandes proyectos’.
Habrá que conseguir que las chicas vean en el rugby un
deporte cercano y precioso (que lo es). Y que sus padres vean eso mismo ¿no?
‘Creo que ha habido un antes y un después tras la
participación de nuestra selección femenina de 7’s en los Juegos Olímpicos de
Río de Janeiro. Los padres han comprendido que cualquier práctica deportiva es
saludable y que el rugby es un deporte de contacto compatible con la mujer.
Además, el rugby tiene un plus de valores que llegan a la jugadora durante su
formación, y una recreación del grupo que es muy interesante. En rugby se
forman jugadores y tratamos de que nuestros jugadores sean muy buena gente’.
Acaba nuestro tiempo. Nos emplazamos para charlar en
cualquier campo de juego en el coincidamos y nos despedimos hasta la próxima.
G. Ramírez
Comentarios
Publicar un comentario