Los gais, las lesbianas y la falsa modernidad española


Ahora, en este mismo momento, hay hombres y mujeres en peligro de muerte por ser gais o lesbianas.

En Arabia Saudí, Irán, Yemen, Sudán, 12 Estados de Nigeria y algunas zonas de Somalia, mantener relaciones homosexuales puede ser castigado con la pena de muerte. Ser gay o lesbiana puede ser motivo de condena a muerte en Mauritania, Emiratos Árabes Unidos, Catar, Pakistán y Afganistán.

No hace tanto, pudimos ver cómo lanzaban desde la azotea de un edificio a un par de jóvenes por ser gais. En otros países se persigue a gais y lesbianas de distintas formas, aplicándose leyes referentes a escándalos públicos, prostitución o cualquier otra cosa. Y en muchos, nos guste o no reconocerlo, se les señala, se les hace la vida imposible, se les da menos oportunidades que a los heterosexuales y se les insulta. España es uno de estos últimos países.

Es verdad que la tolerancia en España se ha ido consolidando poco a poco, pero no faltan las agresiones homófobas, los insultos a gais y lesbianas, la persecución casi criminal de niños y niñas en los colegios dada su condición sexual... Si entramos a valorar a transexuales o travestis, los índices de acoso se disparan. Es verdad que en España hemos aprendido y entendido que ser gay o lesbiana no es una enfermedad, pero no faltan los bobos que se presentan a unas elecciones y van diciendo que ‘ser gay se cura’ (un tal Fernando Paz se presentó como número uno por Albacete y llegó a decir que si el tuviera un hijo gay trataría de ayudarle puesto que hay terapias que pueden reconducir su psicología; sí, este sujeto fue el número uno en las lista por Albacete de Vox).

¿Cuántos niños y niñas están sufriendo actualmente escuchando a sus padres decir barbaridades contra gais y lesbianas sabiendo ya que ellos lo son? No se me ocurre mayor crueldad.

Nos gustaría ser un país muy moderno aunque seguimos arrastrando esas ideas que arraigaron durante la dictadura que convertían el sexo en pecado y ser gay en una desviación contra natura.

Ser gay o lesbiana es peligroso incluso en España. Puede ser que no consigas el trabajo para el que estás perfectamente preparado; puede ser que tengas que ocultar tu condición sexual para evitar problemas familiares; puede ser que un buen día, al caminar junto a tu pareja, alguien te agreda por ser homosexual. Podemos seguir creyendo que somos muy modernos y muy tolerantes o podemos asumir que queda mucho trabajo por hacer. Hay que elegir de una vez. O somos modernos, tolerantes y luchamos por la dignidad humana o, por ejemplo, votamos a personas que siguen instaladas en la estupidez y en la homofobia. Una de dos.

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