¿Qué tipo de pareja es tu preferida? ¿Swinger, fatua, flexisexual...?
He dejado de entender algunas cosas
de la realidad que me rodea. Ayer, escuché una conversación en el restaurante
en el que comí y me quedé como estupefacto, anonadado. Las dos mujeres charlaban
sobre qué relación de pareja preferían tener. No he podido resistir la
tentación de compartir y resumo parte de esa conversación y añado algunas
cosillas para que usted pueda elegir entre las opciones que esta maravillosa
vida pone a nuestro alcance.
Las parejas más numerosas siguen
siendo (oficialmente) las monógamas. En realidad, como todo el mundo sabe, esas
parejas son muchas menos de lo que dicta la estadística (pero eso es harina de
otro costal), es la pareja en la que las dos personas que la forman deciden
tener una relación amorosa exclusiva entre ellas. Contigo en la salud y en la
enfermedad, hasta la muerte… Esta es la pareja que forman dos personas y solo dos
porque las hay que, aunque les llamemos pareja, están formadas por un ejército
de hombres y mujeres besándose, abrazándose y un montón de cosas más. Lo más importante
de este tipo de pareja es que representan la fidelidad y el compromiso a muy
largo plazo.
La pareja que se está poniendo de
moda es la que se conoce como abierta, una pareja que consiste en que los que
la forman permiten relaciones sexuales fuera de la relación principal. Nos
queremos, pero si necesitamos un desahogo no hay problema; eso sí, sin amor ni
nada de eso. Los integrantes de la pareja deben tener claras las normas: nada
traspasar límites que invadan los de la relación principal y mucha comunicación
para que todo el mundo sepa lo que sucede alrededor, nada de celos y no juntarse
con aquellos que no respeten las reglas del juego.
Las relaciones poliamorosas se
van imponiendo, también, entre los más jóvenes. Estas relaciones son aquellas
en las que una persona tiene relaciones afectivas y sexuales con múltiples
personas a la vez, eso sí, es necesario el conocimiento y consentimiento de
todos los involucrados.
Antes de continuar, un apunte.
Como se puede comprobar, la cosa es poner etiquetas a lo que siempre se ha
llamado poner los cuernos a la pareja y así tener excusas para rebajar el grado
de compromiso, tener garantizado un futuro sentimental y esas cositas que tan
prohibidas estuvieron en otros tiempos.
Las parejas fatuas son lo más de
lo más. Estas parejas están formadas por dos sujetos que se sienten atraídos el
uno por el otro, pero la relación carece de profundidad y significado. Es
decir, se gustan aunque poco y quedan para darse una alegría. Es una pareja
bastante mugrienta desde el punto de vista emocional. Eso sí, los que van de
este rollo son mis héroes, hacen los que les da la gana y aquí no pasa nada.
Lo de las parejas flexisexuales
da para escribir un tomo aunque tengo que resumir mucho. Ambos miembros tienen
la capacidad de sentir atracción sexual y/o emocional hacia personas de
cualquier género e identidad. No es obligatorio tener relaciones sexuales con
otros. Pienso en la orientación sexual de estos individuos y me explota la
cabeza.
Esto no acaba aquí, no. Existen
las parejas swinger en las que se acepta
que uno o ambos miembros tengan relaciones sexuales con una tercera persona en
un momento puntual, sin llegar a ser una relación sostenida en el tiempo.
Solamente tienen una relación formal sin un estricto pacto de fidelidad. Ole,
ole, ole.
También encontramos parejas ‘solo
por ahora’, a distancia o tóxicas, todo un catálogo de relaciones que se
reducen a parejas formadas por personas comprometidas entre ellas o formadas
por un ejército de sujetos que prefieren ir tirando haciendo lo que les sale
del kiwi.
Por cierto, hoy se celebra el Día
Internacional de la Persona Mayor. Y ya lo soy como han podido comprobar.
G. Ramírez
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