Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam!

‘Os anuncio una gran alegría: ¡Tenemos Papa! Esto es lo que vamos a oír dentro de muy poco (esperemos que el Espíritu Santo guíe a los cardenales para no dilatar el cónclave más de la cuenta) pronunciado por Dominique Mamerto, protodiácono del Colegio Cardenalicio. Y eso significará que millones de personas se ilusionarán, otros millones mirarán con curiosidad al nuevo Santo Padre y más millones se quedarán tan pichis porque ni les va ni les viene el asunto. Será como sea, estamos a punto de conocer a alguien que pasará a la Historia.

Es imposible saber qué va a pasar. Como digo, parece ser que es el Espíritu Santo será el encargado de iluminar a un grupo de personas que decidirán quién será el guía espiritual, para bien o para mal, de un porcentaje altísimo de personas. Pero podemos hacer una porra. Si las casas de apuestas están en ello ¿qué nos impide a nosotros hacer lo mismo?

Los españoles, no. Eso casi lo tengo clarísimo. Ni tienen carisma, ni son teólogos de enorme calidad, ni tienen club de cardenales fans. Digamos que ellos son parte de los peones en esta partida que ya ha comenzado.

De Sudamérica, tampoco. Esto funciona (salvo que hablemos de los italianos) como los Juegos Olímpicos. Si se celebran en un continente, los siguientes son en otro. Sin embargo, yo no perdería de vista a los estadounidenses. La sombra de Trump es alargada (no es broma). Y si tuviera razón y el próximo Papa fuera de EE.UU, podríamos estar ante una época oscura de las de verdad. Hay posibilidades aunque no son excesivas. Da miedito, por cierto.

África sería la gran sorpresa de la jornada. Una nota exótica en el Vaticano no parece que sea demasiado factible. Lo mismo digo de los cardenales asiáticos y de los de Oceanía. El cardenal filipino ha entrado casi Papa y eso es garantía para salir más cardenal que nunca. Muy difícil.

Los italianos son los que llegan con más fuerza. No sabría decir un nombre en concreto, pero creo que van a ir por ahí los tiros. No hay que olvidar que mi queridísimo Papa Francisco ha tenido enfrente a una buena parte de la Iglesia y, ahora, están presionando con rotundidad para colocar a alguien que vuelva a dar una manita de retroceso que afecte al personal. En la Iglesia esos movimientos no son extraños. Y los cardenales italianos (no todos) son poco de modernidades.

Dentro de poco, muy poco, sabremos si esto que digo ha envejecido con rapidez y mal o si me puedo llegar a convertir en una especie de Nostradamus del siglo XXI. Veremos.

Comentarios

  1. Despues de tener a francisco como Papa cualquiera que ocupe su puesto seguro que lo mejora ¡¡¡¡¡¡¡¡ No me da miedo Trump ( Toro Bravo ) me dan miedo los flojos, los pusilamines, los indecisos , los acomplejados, los que se suben al carro de las ideoligias sin un sentido critico de lo que les recitan ( Toros mansos ), que venga quien venga le acogeremos con los brazos abiertos le escucharemos y como debe ser si lo hace mal le criticaremos. Amen

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  2. Pues va a ser verdad que la sombra de Trump es alargada. Llega hasta la Iglesia y los toros¡¡¡¡¡

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